A thousand years (Mil años)
1990
Instalación donde se observa un ciclo de vida completo en tiempo real. Se trata de una vitrina de vidrio rectangular con una división de vidrio en la mitad, que ha sido perforada con algunos agujeros redondos. En el piso de una de las mitades de la vitrina se encuentra una cabeza de vaca cortada y ensangrentada. Sobre ella cuelga suspendida una lámpara que electrocuta insectos.La otra mitad contiene una caja blanca, con un agujero redondo en cada cara que contiene miles de larvas. Las que logran liberarse de esa caja, se alimentan de la cabeza de la vaca y de su sangre, y se metamorfosean en moscas que vuelan zumbantes. Muchas moscas encuentran un final violento, terminando con sus vidas en la lámpara electrocutadora; otras sobreviven para continuar el ciclo. La audiencia puede pasar horas observando a las moscas hacer sus cosas con lo que parece ser la máxima libertad, pero que de hecho es una libertad restringida, totalmente limitada y destinada a un inevitable final.
A thousand years (Mil años), no pasa desapercibida, es una obra shockeante y aterradora, cualidades cruciales que aportaron a su reconocimiento. Como dice Hirst, "Nos atraen cosas aterradoras.”
La vitrina tiene una geometría limpia y mínima, mientras que la vida desordenada y la muerte de la materia orgánica están contenidas en su interior, creando una representación literal de nacimiento, muerte y decadencia. Una metáfora que nos permite visualizar nuestro propio ciclo. La muerte de las moscas en manos de una máquina también genera otras interrogantes. Hirst cree que el aspecto más importante de la lámpara electrocutadora de insectos es que "simboliza algún tipo de dios, algo que mata sin piedad, sin emoción, sin elección".
La mayoría de las obras a lo largo de la historia del arte han explorado temas de la vida y la muerte mediante el uso de imágenes como metáforas visuales. Hirst, sin embargo, nos presenta una instalación en movimiento constante, patrones que cambian continuamente y una representación literal de la vida y la muerte.
A thousand years (Mil años), no pasa desapercibida, es una obra shockeante y aterradora, cualidades cruciales que aportaron a su reconocimiento. Como dice Hirst, "Nos atraen cosas aterradoras.”
La vitrina tiene una geometría limpia y mínima, mientras que la vida desordenada y la muerte de la materia orgánica están contenidas en su interior, creando una representación literal de nacimiento, muerte y decadencia. Una metáfora que nos permite visualizar nuestro propio ciclo. La muerte de las moscas en manos de una máquina también genera otras interrogantes. Hirst cree que el aspecto más importante de la lámpara electrocutadora de insectos es que "simboliza algún tipo de dios, algo que mata sin piedad, sin emoción, sin elección".
La mayoría de las obras a lo largo de la historia del arte han explorado temas de la vida y la muerte mediante el uso de imágenes como metáforas visuales. Hirst, sin embargo, nos presenta una instalación en movimiento constante, patrones que cambian continuamente y una representación literal de la vida y la muerte.