The physical impossibilities of death in the head of someone living (Las imposibilidades físicas de la muerte en la mente de alguien vivo)
1991
Se trata de un tiburón tigre en una vitrina de vidrio con formaldehído. Esta pieza fue una de las obras que ayudó a su nominación al Premio Turner y es quizás la obra más famosa de Hirst, convirtiéndose en un ícono de la cultura popular. Intimida al espectador con su tamaño y el simple hecho de que es un animal enorme y monstruoso en medio de una galería de arte. Por supuesto, este trabajo también tiene que ver con la muerte.
El título de la obra nos dice que no podemos comprender la muerte; el artista nos enmarca al tiburón muerto para que nos enfrentamos con la muerte allí mismo, con una versión muy grande de la muerte. El tiburón muerto, suspendido y silencioso es, al mismo tiempo, un animal que podría matarnos, por lo que le tenemos miedo. Según el artista, como un tiburón, la idea de la muerte nos asusta, y por mucho que tratemos de lidiar con nuestro miedo, siempre estará ahí, asomándose como nuestro destino ineludible.
El título de la obra nos dice que no podemos comprender la muerte; el artista nos enmarca al tiburón muerto para que nos enfrentamos con la muerte allí mismo, con una versión muy grande de la muerte. El tiburón muerto, suspendido y silencioso es, al mismo tiempo, un animal que podría matarnos, por lo que le tenemos miedo. Según el artista, como un tiburón, la idea de la muerte nos asusta, y por mucho que tratemos de lidiar con nuestro miedo, siempre estará ahí, asomándose como nuestro destino ineludible.