Las Manos Limpias
2004
Las Manos Limpias es una instalación expuesta por primera vez en el Cabildo de Montevideo. Este edificio, ubicado en el casco histórico de la ciudad, funcionó como sede del cabildo y cárceles del gobierno colonial español durante las primeras décadas del siglo XIX . Posteriormente, una vez proclamada la independencia de Uruguay, el edificio albergó al Poder Legislativo y al Ministerio de Relaciones Exteriores. El sitio en el que se decidió colocar la obra genera un cuestionamiento respecto al rol histórico de este edificio: ¿cuál sería el diálogo entre el Cabildo y “Las Manos Limpias”? La instalación remite a un brete para ovejas. Estos son pasadizos muy utilizados en el campo uruguayo para enfilar e inmovilizar al ganado, con la finalidad de realizar distintas actividades relacionadas a la explotación ganadera. La obra plantea un conflicto entre el paisaje urbano y el rural, entre el espacio interior y el exterior. Duarte coloca una estructura utilizada en el ámbito rural al aire libre, en el centro de una ciudad y en un espacio cerrado.
En cuanto a selección de materiales para “Las Manos Limpias” Duarte utiliza alambre y palos para crear la estructura del brete y utiliza estiércol para recubrir el suelo. También coloca restos de ovejas preservados en formol y esparce su sangre en la obra.
En esta instalación Duarte subvierte la interpretación social del Cabildo de Montevideo, símbolo del gobierno, del poder colonial o republicano. Coloca un brete que, en su tosquedad, remite a la carencia, al trabajo rural, a una contradicción del status quo de una ciudad que menosprecia la ruralidad.
La utilización de cadáveres, sangre, estiércol e incluso la aspereza de los palos, remiten a un hecho violento. El rol del brete en la cría y faena de ovejas también connota un hecho violento impuesto, sugiere una dominación. Si se tiene en cuenta el espacio en el que se instaló la obra, Duarte parecería estar haciendo un comentario sobre los gobiernos, ya sean autónomos o coloniales. La artista parecería estar cuestionando el vínculo entre opresores y oprimidos, entre quienes dan órdenes y quienes cumplen, entre amo y esclavo.
El título de la obra plantea una contradicción en relación a lo que se puede ver y oler en la instalación. Sin embargo, estas “manos limpias” son una alusión con cierta ironía a quitarse culpas y responsabilidades, a lavarse las manos. El acto de lavarse las manos es una referencia a la teología cristiana, a la figura de Poncio Pilato . También alude a la figura del Agnus Dei (cordero de dios). Juan-Eduardo Cirlot señala en su diccionario de símbolos que la figura alegórica del cordero refiere al ser de pensamientos puros, al ser justo, pero también tiene un vínculo con lo ignorado. A esto se le deben sumar nuestras interpretaciones contemporáneas y del contexto local de esta figura.
En cuanto a selección de materiales para “Las Manos Limpias” Duarte utiliza alambre y palos para crear la estructura del brete y utiliza estiércol para recubrir el suelo. También coloca restos de ovejas preservados en formol y esparce su sangre en la obra.
En esta instalación Duarte subvierte la interpretación social del Cabildo de Montevideo, símbolo del gobierno, del poder colonial o republicano. Coloca un brete que, en su tosquedad, remite a la carencia, al trabajo rural, a una contradicción del status quo de una ciudad que menosprecia la ruralidad.
La utilización de cadáveres, sangre, estiércol e incluso la aspereza de los palos, remiten a un hecho violento. El rol del brete en la cría y faena de ovejas también connota un hecho violento impuesto, sugiere una dominación. Si se tiene en cuenta el espacio en el que se instaló la obra, Duarte parecería estar haciendo un comentario sobre los gobiernos, ya sean autónomos o coloniales. La artista parecería estar cuestionando el vínculo entre opresores y oprimidos, entre quienes dan órdenes y quienes cumplen, entre amo y esclavo.
El título de la obra plantea una contradicción en relación a lo que se puede ver y oler en la instalación. Sin embargo, estas “manos limpias” son una alusión con cierta ironía a quitarse culpas y responsabilidades, a lavarse las manos. El acto de lavarse las manos es una referencia a la teología cristiana, a la figura de Poncio Pilato . También alude a la figura del Agnus Dei (cordero de dios). Juan-Eduardo Cirlot señala en su diccionario de símbolos que la figura alegórica del cordero refiere al ser de pensamientos puros, al ser justo, pero también tiene un vínculo con lo ignorado. A esto se le deben sumar nuestras interpretaciones contemporáneas y del contexto local de esta figura.