VB52
2003
En esta obra la artista crea un banquete y sitúa a 30 invitadas durante 7 horas en una gran mesa larga con asientos y vajilla de vidrio. La comida y las bebidas fueron seleccionadas por color y servidas en base a una secuencia monocromática (primero tonos blancos, luego rojos, luego verdes, luego naranjas, luego violetas, etc.). Las invitadas son mujeres delgadas, semi desnudas que también se encuentran vestidas y organizadas por color. Mujeres vestidas iguales y con los mismos peinados y rasgos son sentadas una frente a la otra, como si estuviesen reflejándose en un espejo.
Algunas de las invitadas han participado previamente en sus performances, otras son de la zona del Castello di Rivoli (Museo de Arte Contemporáneo de Torino, Italia), y algunas son familiares de la artista, como su madre y su hermana.
La obra alude a la relación de la mujer con la comida. Por tanto, nos remite a sus primeras obras y a su libro de comida, en el que la artista escribió lo que comía cada día, detallando la cantidad y el color. En esta obra se expone esa obsesión con calificar y ordenar la comida, que nos da a entender que comer no es una acción pasiva y placentera, sino que requiere de un trabajo mental y emocional.
A través de las diferentes edades y apariencias de las invitadas, esta obra también remite a las diferentes etapas de la vida. Las mujeres más jóvenes se encuentran en primer plano, vestidas con poca ropa de los mismos tonos que su piel, y las más adultas están sentadas en el fondo, usan pelucas grises y están vestidas con túnicas que les cubren todo el cuerpo.
Algunas de las invitadas han participado previamente en sus performances, otras son de la zona del Castello di Rivoli (Museo de Arte Contemporáneo de Torino, Italia), y algunas son familiares de la artista, como su madre y su hermana.
La obra alude a la relación de la mujer con la comida. Por tanto, nos remite a sus primeras obras y a su libro de comida, en el que la artista escribió lo que comía cada día, detallando la cantidad y el color. En esta obra se expone esa obsesión con calificar y ordenar la comida, que nos da a entender que comer no es una acción pasiva y placentera, sino que requiere de un trabajo mental y emocional.
A través de las diferentes edades y apariencias de las invitadas, esta obra también remite a las diferentes etapas de la vida. Las mujeres más jóvenes se encuentran en primer plano, vestidas con poca ropa de los mismos tonos que su piel, y las más adultas están sentadas en el fondo, usan pelucas grises y están vestidas con túnicas que les cubren todo el cuerpo.